Descubre los espumosos de Langham
En Dorset nacen algunas de las burbujas más interesantes del Reino Unido
Quizá cuando pensamos en vino inglés (si es que pensáis en él como opción real, claro), Dorset no sea el enclave más más famoso. Es una de las regiones más al suroeste de la isla, lo que conlleva que sea una de las más húmedas y lluviosas también. Sin embargo, es precisamente aquí donde nos encontramos con uno de los nombres que suenan con más fuerza dentro de la elaboración de burbujas de calidad en Reino Unido: Langham Wine Estate.
Puede ser porque no hay un millonario detrás que funcione. La historia de Langham empieza cuando John Langham, en los años 80, compra unas 400 hectáreas de terreno arable donde planta un pequeño viñedo que tenía más por hobby que por otra cosa. Será su hijo Justin, quien está hoy al frente del tinglado, quien, entre 2009 y 2011, se decida a plantar 28 hectáreas de viñedo en una colina muy suave orientada al sur llamada Crowthorne Farm. En 2022 han incrementado el área de plantación para poder crecer. Su filosofía les impide crecer comprando uvas a terceros, por lo que prefieren plantar nuevos viñedos.






En esta parte de Dorset nos movemos a una altitud de entre 100 y 150 metros sobre el nivel del mar, suficiente para que la caliza salga a la superficie dominando el perfil del suelo sobre el que se asienta el viñedo. El substrato del suelo es poco profundo y está compuesto por una capa de limos y arcillas, encontrándose lo verdaderamente importante justo debajo de ella: unos 300 metros de calizas cretácicas.



Tommy Grimshaw, un chaval súper joven y más majo que las pesetas, es el responsable de la producción de los vinos en Langham desde el 2020, continuando con el trabajo empezado por su predecesor (Daniel Ham) en el 2017, cuando se tomó la decisión de dejar de elaborar sus vinos de forma convencional, inspirándose en el movimiento Grower Champagne (elaborados por pequeños artesanos con uva de sus propios viñedos), desembocando así en la elaboración de vinos construidos sobre una fruta de calidad proveniente sólo de sus viñas y siguiendo una filosofía poco intervencionista.
Hoy en día, están implementando una agricultura regenerativa en sus viñedos mediante la plantación de cultivos de cobertura para la nutrición del suelo y ayudar a quitarle humedad a la vid. Quieren competencia natural que no sea demasiado agresiva. Sí tratan, pero intentan hacerlo con el mayor respeto posible, interviniendo sólo cuando realmente se necesita en lugar de hacer una viticultura talibán (a los que somos gallegos esto nos suena da algo). Tommy admite que todavía son una bodega joven que está dando sus primeros pasos en este campo, pero que tienen entre ceja y ceja la biodinámica como objetivo a futuro.
La selección de la fruta en el viñedo es de vital importancia y, para asegurarse que sólo los mejores racimos llegan a bodega, se les paga dignamente por hora a los vendimiadores en lugar de pagarles por kilo de uva recogido. De esta manera, el vendimiador, puede pararse para descartar aquellos racimos que no estén sanos.






En bodega todo se reduce a no alterar el vino: fermentación espontánea, sin filtrar ni clarificar. La manera en la que trabaja Tommy se puede definir por los siguientes patrones: le gustan los vinos con un toque 'oxi' (por lo que micro-oxida los mostos previa fermentación), deja el dosage super bajo (1 a 2 g/L), mantiene la presión de los vinos alrededor de las 4,5/5 bares, y no le gusta que la autólisis sea el foco (la fruta no tiene que estar cubierta).
Un % de los vinos se fermentan y envejecen en roble cada año, y todos los vinos reserva envejecen bajo tierra en depósitos de hormigón (algunos barriles incluso desarrollan un velo de flor).
El Miércoles pude asistir a una masterclass en la que Tommy nos presentó 5 de sus vinos:


• Corallian NV: Esta es una cuvée donde predomina la Chardonnay (88%), donde el 12% restante se reparte a partes iguales entre ambas Pinot. La base de este vino es la añada del 2020 aunque hay un 21% de vinos de reserva. Embotellado en Julio del 2021 y el degüelle se ha hecho en Febrero del 2023.
El resultado es un vino de copeo máximo, que no te va a cambiar la vida ni quedar grabado en el imaginario colectivo, pero que vale con creces para tener en una lista de vinos por copa. Es muy agradable (el perlage es delicado y la mousse en boca no es apabullante) y con una acidez de fresqueo muy chula. Mirabeles, manzanas, peras, gooseberries, muchas flores y nueces.
• Culver NV: Este vino tiene exactamente la misma filosofía que el Corallian, pero en lugar de ser la Chardonnay la uva dominante, lo es la Pinot Noir (65%), completándose el blend con Chardonnay (25%) y Pinot Meunier (10%). La base también es del 2020 pero, en este caso, la proporción de vino de reserva es del 23%. Embotellado en Agosto del 2021 y degollado en Abril del 2023.
Es un vino con más hombros y más espuma en boca, preservando una buena tensión al mismo tiempo. El paladar es más áspero (tanino) con un final algo más amargo y persistente que recuerda a la piel cítrica quemada. Le salen aromas más de pieles de pera y manzana golden, limón, albaricoque, rosas, y tostada de desayuno.
• Rosé NV: El Rosé que catamos está hecho con base del 2019 mezclada con vinos de reserva (18%) y el blend es PN (59%), Chardonnay (36%), y Pinot Meunier (5%). Embotellado en Agosto del 2020 y degollado en Enero del 2023.
A pesar de su color piel de cebolla, para hacer este vino se ha usado algo de vino tinto, no por aporte de color, sino para que de algo más de estructura y de grip tánico. Es un rosado de corte sápido, con una acidez afiladísima y con una burbuja amable. Grosellas, nueces, fresas, pétalos de peonías y un punto a champiñón. Quizás el vino que menos me ha parecido, se me ha quedado bastante crudito.






• Blanc de Blancs NV: Con base del 2019 y una buena cantidad de vino de reserva (39%). Embotellado en Agosto del 2020 y degollado en Abril del 2022.
¡Esto está muy pepino! Orfebrería de precisión. Lo metería en mi carta con los ojos cerrados. De nuevo, al estar por debajo de 6 bares de presión, la burbuja no es expansiva en boca, pero si que es más cremoso que el resto. Sigue primando ese punzor y tensión vital. Manzanas asadas, membrillos, flores de acacia, camomila, almendras tostadas y corteza de pan. Final largo y muy salino.
• Pinot Noir 2019: El verano del 2019 fue sorprendentemente caluroso, dando buen tiempo hasta el tercer día de vendimia, cuando empezó a diluviar de manera continuada. Cuando los vinos estaban ya vinificados, se encontraron con que había 10 barriles de Pinot Noir que estaban del carajo. Decidieron, entonces, elaborar un espumoso de añada con esos barriles, que justo coincidían con las uvas vendimiadas durante esos dos primeros días de vendimia donde no llovió.
En este caso no tenemos nada de dosage. Es el vino que más peso en boca tiene de los 5. Las acideces de estos vinos me flipan. Vuelve a tener ese nervio y esa sensación crujiente en boca. Juega con los oxidativos y autolíticos, que están presentes de forma muy agradable, sin cubrir la fruta pero aportando complejidad. Ciruelas, frambuesas, ceniza, avellanas y almendras tostadas, peonías y ruibarbo.




A pesar de su juventud, Langham es un proyecto que merece la pena seguir de cerca ya que elabora vinos expresivos y personales que se distancian mucho de los espumosos que hacen las “grandes casas” creadas por ex-banqueros u otro tipo de ricachones varios a los que les importa más la rentabilidad del proyecto, que la expresividad del terruño.
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Miguel Crunia | podéis encontrarme en Instagram como @atlanticsommelier
#14 en el Top 25 Sommeliers en Reino Unido 2023