En defensa de la zonificación de los vinos Gallegos
Os comparto la pirámide de calidad que usaré, a partir de ahora, para clasificar los vinos gallegos en este blog.
El que Galicia esté de moda ya no nos pilla de nuevas. Nuestros vinos gustan tanto a nivel nacional como internacional, y nuestras variedades reinas ya suenan con fuerza en todas las grandes cartas de vino.
Aunque si bien nuestra posición es alentadora, no podemos olvidarnos de que la otra cara de la moneda refleja una realidad que se ha quedado algo más obsoleta porque, comunicativamente, seguimos anclados en el pasado. Las Denominaciones de Origen, cuyos esfuerzos han sido necesarios para dar a conocer nuestras regiones y variedades, hoy en día, lanzan campañas de comunicación que no tienen nada que ver con las necesidades del mercado del vino gallego.
Campañas de comunicación armadas desde el dogmatismo que acarrea la equivalencia zona = variedad, con las que nos estamos cargando de un plumazo la tradición vitivinícola de nuestras regiones en favor de la plantación masiva de unas variedades en concreto, que son las que venden. Son dos las realidades que van de la mano y que se pueden ver amenazadas por esta filosofía: el minifundio y la poligamia viticultural (es decir, esa gran variedad de ‘castes’ autóctonas co-plantadas en nuestros viñedos).
Por eso, soy un fiel creyente de que Galicia necesita zonificar. Zonificar no consiste en otra cosa que en organizar la calidad de nuestras zonas vitivinícolas y de nuestros viñedos para, así, poder contribuir en el posicionamiento de nuestros vinos dentro de esa liga de calidad que convierta a Galicia en una de las grandes regiones clásicas del mañana.
Si las DOs e IXPs no lo hacen, es importante que intentemos hacerlo nosotros (sumilleres, comunicadores y, por qué no, bodegueros). Os lanzo una pregunta retórica, ¿de verdad cuesta tanto Cru-cificar nuestro territorio, o es que no interesa? Si os dais cuenta ya tenemos las sub-zonas establecidas, los concellos (municipios) y las parroquias también están ahí, y ya hay hasta gente embotellando parcelarios.
Usando la historia como precursor, intentaré contaros, a partir de ahora, la realidad de la viticultura Gallega de acorde a esta pirámide de calidad que he propuesto a través del Grupo Orixe para, a nivel comunicativo, empezar a clasificar los vinos gallegos (siempre sin inventarme nada y yendo de la mano de nuestros adegueiros, que son los que saben):
1) La base de la pirámide debe asentarse sobre los cimientos de lo que son hoy las DO y las IXP. Aunque critiquemos que estos organismos se hayan quedado algo obsoletas, no podemos ignorar todo lo que han construido hasta ahora. No se trata de derribar sus cimientos, ya que estaríamos confundiendo a la gente, sino de construir nuevos escalones en la pirámide de calidad encima de lo ya organizado. De esta forma seguiríamos hablando de vinos provenientes de las siguientes zonas vitivinícolas:
IXP Betanzos
IXP Barbanza e Iria
DO Rías Baixas
IXP Ribeiras do Morrazo
DO Ribeiro
IXP Val do Miño Ourense
DO Ribeira Sacra
DO Monterrei
DO Valdeorras
IXP Terras do Navia
2) Sub-zona: Esta categoría está integrada por las sub-zonas delimitadas por las propias DOs. Toda la uva debe provenir de dicha sub-zona. Hablamos, así, de:
DO Rías Baixas: Valle del Salnés, O Rosal, Condado do Tea, Soutomaior, Ribeira do Ulla.
DO Ribeiro: Valle del Avia, Valle del Arnoia, Valle del Miño.
DO Ribeira Sacra: Chantada, Ribeiras do Miño, Amandi, Ribeiras do Sil, Quiroga-Bibei.
DO Monterrei: Valle de Monterrei, Laderas de Monterrei.
Galicia también posee numerosas comarcas que no coinciden con las delimitaciones geográficas establecidas por las diferentes sub-zonas. En un futuro, si este modelo se llegase a implementar dentro del reglamento de los diferentes consejos, podría llegar a ser interesante redefinir estas sub-zonas para que transicionen hacia la clasificación por comarcas.
Como veis, lo que estamos haciendo desde el Grupo Orixe es un esfuerzo comunicativo, por lo que no se trata de tirar todo lo hecho hasta ahora por la borda, sino de respetar lo que ya existe (esa clasificación de los apartados 1 y 2) como punto de partida. Creemos que, aunque este sea una pirámide meramente divulgativa (por ahora), el que respete dichos eslabones puede ser una mano tendida para que a los consejos de administración de las DO en Galicia les sea fácil dar ese pasito hacia adelante de una forma que nos conviene a todos. De ahí a que esto pase dependerá mucho de su nivel de tozudez y obstruccionismo.
Lo que si es interesante es construir nuevos niveles para nuestra pirámide de calidad. Así pues, teniendo en cuenta que cada comarca comprende varios municipios (concellos) que a su vez comprenden diversas parroquias, serán las figuras del Concello y la de la Parroquia con las que nos quedemos para empezar a construirla. Es interesante mantener el uso de la terminología en Gallego para poder reforzar la tipicidad de nuestros vinos con unos términos tan nuestros que evocan al origen.
3) Vino de Concello: Este sería el primer nivel del que tendríamos que partir. El concello corresponde con la división municipal. Desde el Grupo Orixe empezaremos a referirnos como vino de concello a aquellas cuvées que estén elaboradas con uva procedente, exclusivamente, de viñedos que formen parte de un municipio en concreto. En un futuro se podría llegar a regular incluso los rendimientos por viña para asegurarnos que, dentro de esta categoría, la calidad de la uva sea mejor. Por ejemplo: Un 25% menos de lo que estipula la DO o IXP de la que formen parte.
4) Vino de Parroquia (o vino de aldea): Nos gusta el concepto de parroquia por dos motivos. Uno, porque es una delimitación territorial muy nuestra. Y dos, porque ya existe, no tenemos que inventarnos nada nuevo. Toda la uva debe provenir de viñedos que formen parte de una parroquia en concreto. En un futuro se podría llegar a regular incluso los rendimientos por viña para asegurarnos que, dentro de esta categoría, la calidad de la uva sea mejor. Por ejemplo: Un 25% menos de lo que estipula la DO o IXP de la que formen parte.
5) Viñedo Singular: La micro-fragmentación de nuestro viñedo, gracias al minifundio, nos permite tener ya una división natural de las diferentes parcelas. Con este nivel de clasificación, lo que pretendemos es contar la historia de aquellos vinos en los que lo que prevalece es la identidad de la parcela, reflejando fielmente las características de una añada determinada.
Sin embargo, esta clasificación no la otorgaremos de cualquier manera, sino que premiaremos la calidad de nuestro viñedo. Es decir, no todo va a ser susceptible de ser calificado como viñedo singular.
Se deben clasificar las exposiciones donde históricamente se ha plantado viña, los perfiles del suelo que son apropiados para la plantación de la vid (estamos viendo como, debido a ese afán de aumentar la extensión de nuestras plantaciones, se plantan vides sobre suelos que antaño estaban dedicados a otros cultivos, o sobre los que crecía el bosque, y que no son adecuados para obtener una viticultura de terruño de calidad), y que premien el cultivo de variedades locales. Para que una viña pueda producir uvas expresivas del entorno que las rodea, éstas deben tener una cierta edad. Por eso, nosotros clasificaremos como viñedo singular sólo las parcelas con 15 o más años de edad, ya que consideramos que es cuando una viña entra en su madurez y donde a la expresión del perfil varietal se sumará, además, la personalidad del terruño. En un futuro se podrían llegar a regular incluso los rendimientos por viña para asegurarnos que, dentro de esta categoría, la calidad de la uva sea mejor. Por ejemplo: Un 30% menos de lo que estipula la DO o IGP de la que formen parte.
*Las cuvées parcelarias elaboradas con viñedos más jóvenes, o provenientes de exposiciones no adecuadas a un cultivo comprometido con la calidad, podrán ser catalogados como vino de Concello o de Parroquia en su lugar.
6) Viñedo Histórico: Serían esas parcelas que sobrevivieron a la replantación y que, por tanto, tienen más de 75 años de edad, convirtiéndose, así, en verdaderas reliquias de la viticultura en Galicia. En un futuro se podrían llegar a regular incluso los rendimientos por viña para asegurarnos que, dentro de esta categoría, la calidad de la uva sea mejor. Por ejemplo: Un 35% menos de lo que estipula la DO o IGP de la que formen parte.
Esta será mi forma de comunicar Galicia hasta que las Denominaciones de Origen no hagan algo para regular esto. Ojalá este trabajo educacional y divulgador no se acabe en el plano digital, sino que pueda ser tangible gracias a la labor del día a día de los compañeros del sector, a los que incito a unirse a nuestra causa, ya que creo ciegamente en el potencial que tiene la organización de las cartas de vino, así como la de los lineales de la tienda, para ensalzar la calidad de nuestras cuvées de cara al consumidor final.
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@miguelcrunia | @atlanticsommelier
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