¡De Riesling va la cosa!
En mi recomendación semanal os llevo hasta Alemania 🇩🇪, Austria 🇦🇹 y... Estados Unidos 🇺🇸.
Si hay variedades que sean capaces de expresar como ninguna otra su origen esa, sin duda alguna, es la Riesling, de la cual me declaro un absoluto fetichista. Tengo debilidad por las Riesling bien trabajadas y, hoy, os quería recomendar algunas de las últimas cuvées que he podido catar tanto de la vieja Europa como de una región fresquita en ¡Estados Unidos!. La bodega austríaca ya la conocía (no me pude resistir a no compartir las pedazo cuvées que caté), pero todas las demás son proyectos que he probado por primera vez y que me apetecía mucho compartir con vosotros.
Ansgar Clüsserath 🇩🇪
Arrancamos en la Mosela, visitando Ansgar Clüsserath, una realidad familiar que lleva pasando de generación en generación desde, nada más y nada menos, que el 1670. Hoy timonea la bodega Eva Clüsserath, quien tiene la pizarra impresa en su genética, por lo que hace vinos bien afinados, que no resultan golosamente intrusivos. Tienen sus mejores viñedos (algunos de ellos centenarios) en la zona del Trittenheim, por lo que su estilo es más bien restringido, de Rieslings estrechos, recordando más casi al estilo de las Rieslings del Saar. ¿El factor determinante a la hora de hacer vinos tan directos? El tiempo. Para vinificar, a Eva le gusta que los mostos pasen por una maceración pre-fermentativa para luego arrancar fermentaciones de manera espontánea en los icónicos Moselfuder (barricas usadísimas típicas de la Mosela de 1000L de capacidad), donde el vino se pasará más o menos tiempo (depende de cada cuvée) en contacto con sus lías.


- Trocken, Vom Schiefer, 2022
Es una mezcla de dos parcelas, elaborado enteramente en acero inoxidable. En copa resulta embriagador, con mucho pétalo de rosa, pedernal (ligeramente reductivo), piedra caliente, earl grey tea y flor de saúco. En boca es pura tensión y frescura. Pasa de forma crujiente sin perder su identidad varietal. Aquí se distingue muy bien ese perfil de Riesling estrecho del que os hablaba.
- Kabinett, Tritterheimer, 2023
Ya en nariz, esa primera impresión te dice que estás ante un semi-dulce (u off-dry). Delicadamente atractivo, con ese punto a ruibarbo y un deje láctico que recuerda al yogurt de limón y melocotón. En boca resulta muy fluido, brillante, fresco, fluvial cristalino. No se hace asiropado en boca para nada. Una delicia de vino.


Weingut Wittmann 🇩🇪
Seguimos este viaje por Westhofen donde Philipp Wittmann capitanea un barco donde sus Riesling envejecen en grandes toneles resguardados en cavas de maduración que datan del 1829. Están en Westhofen (villa que pertenece al Rheinhessen). Aquí no reina la pizarra. En su lugar, los suelos tienen un alto contenido arcilloso (con depósitos de calcitas) y calcáreo. Philipp es un purista a quien le gusta la austeridad en copa porque es ahí donde mejor se expresa el origen. Para ello, pone mucho apego a la tierra, habiendo reconvertido el proyecto a biodinámica en el 2004. En bodega todo se reduce a tocar lo mínimo posible y, estilísticamente hablando, las grandes cuvées de viñedos singulares (las cuales se hacen sólo en añadas buenas) se trabajan en los fudres tradicionales alemanes (fermentación espontánea muy lenta y crianza en lías).
¡Ah! como salseo deciros que Philipp es el marido de Eva (la elaboradora anterior), un duo que hila muy fino.
- 1G, Niersteiner, 2022
Esto vendría a ser el equivalente a un 1er Cru, de viñedos que salen de la zona del Roter Hang. Es un vino ligerísimamente reductivo (pedernal, humo de mechero zippo) que no tapa los aromas varietales (albahaca tailandesa, pieles cítricas secas, heno, peonías). En boca es austero y elegante, cargado de una mineralidad muy sápida, casi salina, en una boca nada grasa que resulta muy linear y tensa. Tiene ese vibrato calcáreo que me fascina.
- Grosses Gewächs (GG), Aulerde, 2020
De un viñedo al que se le puede datar la existencia de vides en él desde el 1380 (ojo, no es la edad del viñedo, sino que ya se llevaba cultivando vid ahí desde esa; las vides rondan los 70 años), no nos podemos esperar otra cosa que un vino sublime. Aquí tenemos mucha más calidez y concentración que en el vino anterior. Aunque sigue siendo evidentemente varietal, su bouquet se ensalza con seriedad y serenidad (piel de lima, bergamoto, pimienta blanca, ciruelas claudias, flores blancas secas, salvia). En boca encontramos algo más de peso aunque sigue sin ser un vino graso gracias a un paso punzante que nos deja recuerdos férreos. Dura eternamente.
- Spätlese, Westhofen Morstein, 2020
Es una cuvée algo más inmediata, pero no por ello menos placentera. Es un vino semi-dulce muy bien hecho, donde el azúcar no empalaga al estar muy bien apretadito a una acidez que le hace desfilar por la boca sin darle tiempo a empalagar nuestro paladar. Disfrutón y juguetón. Hay recuerdos a sorbete de manzana verde, nectarinas y paraguayos, flor de saúco y flor de cerezo (que deja ligeros recuerdos almendrados).



Weingut Von Hövel 🇩🇪
Maximilian von Kunow es un tipo orgulloso de que en sus hombros recaiga la responsabilidad de llevar las riendas de una bodega que en su día fue un monasterio del siglo XII. La bodega lleva en manos de la familia desde el 1803, siendo él la séptima generación. Tienen la fortuna de poder contar con 2.85 hectáreas dentro del famosísimo viñedo Scharzhofberger y, además, de contar con dos monopole como el Hütte y el Hörecker. La filosofía es muy clara, trabajar de la manera más cercana a la naturaleza como sea posible para conseguir posicionar su proyecto (el cual está en el Saar) al nivel de las grandes cuvées icónicas de Alemania
- Trocken, Saar, 2018
Se nota el perfil evolutivo de una fruta varietal bastante confitada, al que le salen ligeras notas rocosas y polvorientas, a la par que cálidos recuerdos a la crianza en lías como picatostes y mantequilla avellanada. Adictamente cremoso con una acidez integradísima (refresca pero no es tensa).
- Grosses Gewächs (GG), Scharzhofberger, 2016
En este vino hablamos de concentración tanto por calidad de viñedo (top top) como por evolución de un vino que tiene ya 9 años. Orejones, mirabeles amilbarados, piel de membrillo, confitura de bergamoto y mandarina. En boca es un vino amplio, rocoso, que te llena el paladar de cremosidad, a la par que mantiene una acidez brutal que le da fuerza a una columna vertebral que lo mantendrá muchísimos años con vida. De lo mejorcito que he catado de la Mosela desde hacía tiempo.


S. A. Prüm 🇩🇪
Si has bebido o trabajado con Rieslings alemanes en el pasado, puede que la historia de la familia Prüm te sea más que conocida ya que son una de las grandes dinastías que se remontan hasta el siglo XII. Sin embargo, este es un sub-proyecto que nace de la herencia que le cae al bisabuelo de Saskia A. Prüm en 1911, empezando un proyecto individual en la Mosela tras quedarse con algunas cepas de viñedo en el famoso GG Sonnenuhr (en Wehlen). Aún hoy, algunas de sus cepas datan del 1905. Su afán por elaborar Riesling secos (sin olvidarse de los tradicionales estilos semi-dulces) demuestra la importancia que la pizarra tiene para con el carácter de sus vinos. Saskia también depende de unos Moselfuder muy usados (la Riesling necesita esa micro-oxigenación) para elaborar sus vinos más altos de gama.
- Feinherb, Eden, 2018
Un Riesling con 19g de azúcar residual. Bergamoto, saúco, piel de lima y sutil deje a queroseno. De perfil cálido, exuda clasicismo. Tiene una personalidad increíble. Es cremoso, sabroso, con esa caricia del azúcar residual que no empalaga gracias a que también posee una brillantez persistente. De postgusto bastante largo. Mola.
- Blue Slate, 2022
Es un vino contenido, que exuda mucho carácter varietal de una manera austera, donde también le sale esa calidez de la crianza en lías en nariz (cebada, darjeeling). En boca es pureza, con ese punzor eléctrico y esa sapidez casi salina característicos a esa pizarra azul. En boca es cremosidad y seda.


Weingut Thörle 🇩🇪
Volvemos al Rheinhessen, en concreto al pueblo de Saulheim, para conocer otra de esas bodegas familiares (data del 1517) que está haciendo vinos que pertenecen a esa new-wave alemana por hacer Rieslings secos de categoría. En este caso, los hermanos Christoph y Johannes Thörle se encargan de gestionar las 19.5 hectáreas de viñedos Grand Cru (Saulheimer Hölle, Saulheimer Schlossberg y Saulheimer Probstey) que poseen sobre suelos calcáreos con componentes de arcilla y algo de xisto. Trabajan en biodinámica para darnos vinos que están llenos de una precisión muy ambiciosa.
- Trocken, Saulheimer Hölle, 2017
Esta cuvée sale de vides que se encuentran en Spitzenlagen, Saulheim. Es un vino donde domina la crianza en acero inoxidable para preservar esa precisión de una tensión estilete y su punzor mineral, pero donde un 25% pasa por barricas de gran tamaño para redondear la expresividad de su extracción. Se nota una fruta madura (bergamoto, lima, paraguayos, albaricoques) con un carácter floral bastante presente (saúco, azahar, polen). A pesar de ser muy sabroso, su boca es muy linear y vibrante. Lleva ya unos añitos en botella y su potencial de guarda sigue siendo increíble.
- Auslese, Saulheimer Hölle, 2018
Ausleses con esta calidad en el Rheinhessen no hay muchos. En Thörle lo clavan. Con tan sólo 16 g/l de azúcar residual, esta Riesling es una p**a maravilla (pardon my french). Embriagador a la par que sutil, complejamente varietal (hibiscus, saúco, jalea real, lima escarchada, manzana asada, pieles de pera), etéreo y vivace, con una sensación golosamente refrescante. Muy top.


Pichler-Krutzler 🇦🇹
Elisabeth Pichler y Erich Krutzler nacieron en bodegas importantes. Ella en Wachau y él en Burgenland por lo que, después de casarse, lo lógico parecía que fuese montar un proyecto juntos. Y así fue, en el 2007 dieron vida a este proyecto en Wachau, trabajando con viñedos en algunas de las exposiciones más espectaculares. Trabajan en orgánico y cada parcela la trabajan por separado para, en bodega, intervenir lo menos posible. Sus vinos están llenos de alma y pureza, fruto de aquello que dicta la naturaleza en un año concreto, por lo que no son vinos para disfrutar a corto plazo, sino donde la guarda es casi un requisito obligado.
Aunque ya conocía los vinos de esta bodega, quería no pasarlos por alto porque son referencias ya con una cierta edad y evolución, que demuestran el potencial de guarda de esta variedad tan maravillosa en un terruño como Wachau.
- Dürnsteiner Kellerberg, 2015
Aunque la acidez ya no esté tan tensa como la cuerda de un equilibrista, sigue teniendo una brillantez y una vida en boca apabullante. Muy integrada dentro de una sensación glicérica llena de mucho sabor. Es goloso pero para nada azucarado (es súper seco), simplemente tiene una intensidad y complejidad que le imprimen rock and roll a cada sorbo. La fruta varietal es ya evolutiva (orejón, miel, naranja escarchada, algo de queroseno) y le salen notas de crianza en lías (aunque sólo una parte ha pasado por madera) que recuerdan a un Werther’s Original. Es un Riesling amplio, con peso, estructurado y con mucha complejidad que denota el gran origen que es este viñedo singular.
- Trockenbeerenauslese, 2013
Este estilo de vinos (elaborado con uvas que han sido afectadas por la podredumbre noble) me parecen apoteósicos, pero cuando son capaces de acaparar tanta pureza, elegancia y complejidad como en casos como del que os hablo ahora, entonces ahí se alcanza el Nirvana gracias a un delicado exoticismo varietal que viene arropado con recuerdos a azafrán, almendras garrapiñadas, caramelo, yogurt de melocotón, ruibarbo confitado y rosas secas. El azúcar residual (de nuevo, nada empalagoso ni pegajoso) está integradísimo en una boca mineralmente fresca. Vaya evolución más chula, con muchos años por delante todavía.


Hermann J. Wiemer 🇺🇸
No sé si pilotaréis mucho sobre lo que pasa en la región de Finger Lakes (al norte de NY y justo en la orilla sur del lago Ontario) pero a mi cada vez me están gustando más algunos de los proyectos que de allí salen. Como este, fundado en los 70 por un emigrante de la Mosela llamado Hermann J. Wiemer quien empezó a sentar las bases reputacionales para los vinos de esta región siguiendo las doctrinas que aprendió en casa, donde la familia de la madre llevaba ya produciendo vino más de 300 años. Hoy, la batuta se la pasó a su aprendiz Fred Merwarth, quien está muy comprometido con la sostenibilidad en viña, reconvirtiendo sus viñedos de cultivo orgánico a biodinámica.
- Riesling, Dry, 2020 (en magnum)
Este Riesling es un blend de diferentes viñedos. Está elaborado en acero para mantener la pureza y cristalinidad de su carácter varietal. Tiene bastante profundidad aromática (frutos secos, pieles cítricas, melocotón en almíbar, manzana golden madura, piel de pera, polen y un ligero recuerdo a gasolinera debido a la evolución en botella), una boca amplia, sedosa y elegante; energética y con una mijita de azúcar residual a pesar de considerarse como un ‘dry’ (seco) en estilo.
- HJW Vineyard, 2021
El 2021 fue una añada miserablemente fría en la zona. Esta cuvée sale del viñedo fundacional, con el que empezó todo en el 1974, situado en una ladera pegadita al lago y con suelos más profundos, por lo que se decidieron a elaborarlo en barricas para respetar su señorío. Es un Riesling crujiente (seguramente dada la naturaleza de la añada) y austero, donde los recuerdos minerales (tiza, polvo) y varietales (lima, azahar) dominan un trago fresco y muy vivo.
- Late Harvest, 2022
25% de esta cuvée se vio afectada por la podredumbre noble. Se hace algo más denso en boca que los Rieslings dulces de los que os hablé con anterioridad debido a que la cantidad de azúcar residual seguramente sea algo superior. No obstante, no se hace empalagoso ya que su paso por boca es bastante fluido y brillante, dejando ligeros dejes a miel, compota de manzana y ruibarbo, melocotón en almíbar y gasolina. Una cuvée muy divertida.



Con estas tres referencias termino las recomendaciones de esta semana. Contadme un poco, a vosotros, ¿os mola la Riesling? ¿Tenéis alguna cuvée fetiche que me queráis recomendar? ¡No dudéis en compartir vuestro feedback conmigo!
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#7 Top 50 Sommeliers en Reino Unido 2024
Entrevistado por Decanter en el número de Abril 2025