Excelente texto, una vez más. Me vine de sudamérica tempranamente jubilado y empezé a restaurar un micro viñedo abandonado en el Salnés, por donde intento aprender como se hace todo eso, y además voy aprendiendo de todo lo que se refiere al vino y, particularmente, a lo que es Galicia en ese tema. A pesar de tener el viñedo registrado en la DO (solamente para venta de uvas, por ahora, pero sí que intento hacer mi vino también), en esos dos años no he recibido más que unas cartas de fin de año con los "siempre excelentes" resultados, y también mails de marketing que me cuentan de tantos viajes de gentes de la directiva por el mundo "promocionando" los productos. A la hora del suporte técnico, acompañamiento más de cerca y charlas educativas o para escuchar a la gente, a mi me parece que nosotros pequeños productores simplesmente no existimos. No fuera por hablar con los vecinos, gente de las agrárias, o estar subscrito a las recomendaciones de la Estación Areeiro, por cierto que seguiría sin saber que hacer con la tierra que tengo en manos. Una pena, y por eso me anima mucho leer las cosas que escribes. Gracias por eso.
Excelente texto, una vez más. Me vine de sudamérica tempranamente jubilado y empezé a restaurar un micro viñedo abandonado en el Salnés, por donde intento aprender como se hace todo eso, y además voy aprendiendo de todo lo que se refiere al vino y, particularmente, a lo que es Galicia en ese tema. A pesar de tener el viñedo registrado en la DO (solamente para venta de uvas, por ahora, pero sí que intento hacer mi vino también), en esos dos años no he recibido más que unas cartas de fin de año con los "siempre excelentes" resultados, y también mails de marketing que me cuentan de tantos viajes de gentes de la directiva por el mundo "promocionando" los productos. A la hora del suporte técnico, acompañamiento más de cerca y charlas educativas o para escuchar a la gente, a mi me parece que nosotros pequeños productores simplesmente no existimos. No fuera por hablar con los vecinos, gente de las agrárias, o estar subscrito a las recomendaciones de la Estación Areeiro, por cierto que seguiría sin saber que hacer con la tierra que tengo en manos. Una pena, y por eso me anima mucho leer las cosas que escribes. Gracias por eso.